La lucha contra la desinformación online

La proliferación de la desinformación en internet tiene un amplio impacto en la sociedad, ya que muchas personas se dejan llevar por datos completamente falsos.

Algunas de las consecuencias de esta desinformación han sido realmente graves. Recordemos, por ejemplo cómo muchos se posicionaron erróneamente contra las vacunas durante la pandemia del COVID, causando directa e indirectamente gran cantidad de muertes.

La comunicación actual, mejorada por los medios digitales e internet, permite que la información se propague de forma más eficaz. ¿Pero qué pasa cuando es información es completamente falsa? Para evitar graves consecuencias, en nuestra era digital se debe de abordar este tema de forma eficaz y poner en marcha acciones que minimicen los daños que la desinformación pueda ocasionar.

Definición de desinformación online

Donde encontramos la información online

El concepto de desinformación se refiere a la información incorrecta que es difundida por personas que la consideran veraz. Es esto lo que distingue las noticias falsas (fake news en inglés) de la desinformación.

Las noticias falsas, sin embargo, implican la propagación de información incorrecta a través de sitios web, esto puede plataformas de de humor y sátira como El Mundo Today, hasta webs que fingen publicar noticias legítimas.

Las webs de humor dejan bien claro que su contenido es meramente de humor y, por lo tanto, no corresponde con la realidad. Es por esta razón que este tipo de páginas satíricas no supone un problema de desinformación, ya que su contenido es tan llamativo que casi ninguna persona puede considerarlo real.

Sin embargo existen sitios web, a veces asociados con cierta ideología, que difunden información que se utiliza para desacreditar información correcta. Por lo tanto, la desinformación es información falsa difundida en internet por individuos o grupos que son conscientes de que lo que publican son datos erróneos. Generalmente, estas personas lo hacen con una intención específica, a menudo con el propósito de influir en otros para que adopten su punto de vista. De este modo, es preferible emplear términos más amplios como desinformación en lugar de «Fake News» o noticias falsas.

Ejemplos de formas comunes de desinformación en línea

Gráfico de diferentes tipos de desinformación que podemos encontrar online en internet

Existen muchos tipos de desinformación, aunque la mayoría puede encajar en estos 7 tipos principales:

Ya hemos explicado que no consideramos a las webs de humor, sátira o parodia como desinformación, ya que cualquier persona que acceda a una de estas páginas notará enseguida que su contenido es meramente para entretenimiento personal. Sin embargo existen diferentes tipos de desinformación que pretenden hacer daño y cuyo engaño no es tan evidente para todo el mundo.

El uso de titulares falsos se ve principalmente en redes sociales. Este tipo de desinformación no está destinada exactamente a engañar a las personas, sino que lo que quiere conseguir es el mayor número de clics en su publicación, lo que se conoce como clickbait. Sin embargo, los titulares falsos provocan un problema muy peligroso cuando la gente solo lee el titular y no el contenido del artículo, que desmiente en cierta forma lo que dice el titular.

El contenido engañoso es el que pretende dañar a un grupo de personas, un partido político, etc. Consiste básicamente en utilizar información veráz pero dándole un giro que hace que la interpretemos de forma equivocada.

En otros casos, en el contenido engañoso también se utilizan opiniones o supuestos hechos que están lejos de la realidad del tema en el que se trata. En este caso hablaríamos de contexto falso. Este tipo de desinformación consiste en el uso de datos reales, pero enmarcados en un tema falso o que no corresponde con el contexto.

La suplantación de fuente es más peligrosa que los casos anteriores. En este caso se utiliza el nombre de una fuente totalmente fidedigna, por ejemplo un profesional sanitario o un periódico de renombre, para difundir datos falsos que incluso pueden poner el peligro la vida de otras personas.

El contenido manipulado es muy fácil de entender: lo que el desinformador hace es manejar parte de una información real, pero interpretándola de una manera lejos de la realidad.

El tipo de desinformación más peligroso es el contenido prefabricado. Este tipo de contenido no solo es mentira, sino que ha sido creado a propósito para dañar la reputación de una persona, un colectivo, un partido político, etc.

Impacto de la desinformación en la sociedad moderna

La sociedad moderna e enfrenta a un grave problema de desinformación

En la era digital, la información es una fuerza capaz de moldear  la percepción de los individuos. Si en vez de información, con lo que nos encontramos es con noticias falsas o cualquier otro tipo de desinformación las decisiones del individuos, sus prejuicios y su confianza en el sistema político se ve socavado de forma muy importante. Por lo tanto, la difusión deliberada de información falsa o engañosa, tiene consecuencias dañinas en diversos aspectos de la sociedad contemporánea.

Para empezar, el impacto de la desinformación se hace evidente en el ámbito político. La propagación de noticias falsas durante procesos electorales distorsiona la percepción del los votantes,pudiendo incluso influir en los que todavía no tienen un voto claro. Este tipo de manipulación de la democracia contribuye a la polarización de la sociedad y debilita la confianza que tenemos en las instituciones.

Una de las consecuencias más peligrosas de la desinformación, es cuando el objetivo de esta son los temas relacionados con la salud pública e individual. La difusión de tratamientos «alternativos» contribuye a que las personas abandonen los tratamientos convencionales. Esto, en el caso de enfermedades como el cáncer, tiene consecuencias realmente dramáticas. Mucha de la desinformación sobre salud viene de personas sin escrúpulos que pretenden ganar dinero aplicando sus peligrosas terapias.

Por otra parte, la difusión de información falsa sobre tratamientos médicos, vacunas o enfermedades genera confusión en individuos desconocedores de la ciencia (casi todos nosotros). Esto aplicado a graves crisis sanitarias, como la pandemia de COVID-19, obstaculiza los esfuerzos de contención y pone en riesgo la vida de millones de personas.

El impacto económico de la desinformación también es significativo. Este se ve representado por los rumores falsos sobre empresas, productos o mercados financieros. El daño se concentra principalmente en que puede afectar negativamente a los inversores y debilitar la estabilidad económica general.

La desinformación y el individuo

Los individuos pueden aprender a combatir la desinformación

La desinformación tiene un impacto muy relevante en la esfera individual. No solo afecta a la capacidad de las personas para tomar decisiones bien informadas, sino que puede llevar a ansiedad, comportamientos intolerantes y racistas e, incluso, a la violencia.

En cuanto a la toma de decisiones bien informadas, recordemos la oposición de ciertas personas que se negaban a utilizar mascarillas, vacunarse y tomar precauciones durante la pandemia, poniendo así en peligro a familiares y amigos. Todo ello debido en gran parte a la información falsa difundida en la red.

Respecto a comportamientos racistas y discriminatorios, desgraciadamente vemos a diario violencia que se comete contra inmigrantes, mujeres, gays y otros colectivos. Los mensajes de odio calan más cuanto más influenciable es el individuo, y esto suele ser cuando este es joven o no ha tenido acceso de calidad a cultura y educación.

Sin embargo queda una pregunta por hacerse: ¿Tiene el individuo capacidad para mitigar los efectos de la desinformación y el odio que corre por las redes? Rotundamente sí. Aunque ciertos factores influyen en nuestra percepción general, llegado cierto momento de nuestro desarrollo tenemos que se capaces de decidir buscar por nosotros mismos mejorar nuestro desarrollo personal y, por lo tanto, posicionarnos en contra de cualquier violencia ejercida contra cualquier grupo, sea o no afín a nuestros ideales.

Consejos prácticos para identificar y evitar caer en la desinformación

Como hemos visto, es crucial tener las herramientas necesarias para discernir entre lo verdadero y lo falso. Parte de estas herramientas se encuentran en nosotros mismos, mientras que para utilizar otras tenemos que trabajar un poco. Dado que la desinformación es una amenaza constante, con algunos consejos prácticos podemos mejorar nuestra capacidad para identificarla:

  1. Verifica la fuente: Antes de compartir o creerte cualquier información, verifica siempre la fuente. ¿Quién está detrás del contenido? ¿Tiene credibilidad? Si estás visitando una página web, puedes comprobar el link de esta en la barra de direcciones para ver si te resulta reconocida.
  2. Corrobora: Nunca te conformes con una sola fuente de información. Busca si diferentes fuentes confiables han compartido la misma noticia.
  3. Examina el contexto: Analiza el contexto en el que se presenta la información. La desinformación a menudo se aprovecha de eventos actuales o emocionalmente cargados para difundirse. Examina si la información parece sesgada o manipulada para apoyar una narrativa específica.
  4. Evalúa los titulares: Los titulares sensacionalistas suelen ser una señal de advertencia de desinformación. Leer el artículo completo puede darte una visión clara de si el titular era correcto o no, y te ayudará a identificar este tipo de contenido más fácilmente en un futuro.
  5. Comprueba imágenes y videos: Las imágenes y los videos pueden ser fácilmente manipulados para respaldar una narrativa falsa. Las herramientas de búsqueda inversa de imágenes nos ayuda a verificar si la imagen ha sido manipulada. Por ejemplo, subir una imagen a la búsqueda por imagen de Google, puede sacarte de dudas en muchas ocasiones.
  6. Cuestiona tu propia opinión: Tu opinión puede estar influenciada negativamente por tus circunstancias personales, lo que lees en la red y tu entorno general. Mantén una mente abierta y utiliza la crítica incluso con la información que respalda tus creencias preexistentes.
  7. Consulta fuentes de verificación de hechos: Utiliza sitios web de verificación de hechos como Maldita.es para confirmar la veracidad de la información. Este tipo de plataformas se dedica a investigar y desacreditar rumores y noticias falsas.
  8. Ten cuidado con la información viral: La información que se vuelve viral rápidamente en redes sociales no siempre es del todo precisa. Antes de compartir contenido, tómate un momento para investigar.
  9. Desarrolla tu alfabetización digital y mediática: Implementando las medidas anteriores, mejorarás tu capacidad para evaluar la información y aplicar la crítica a los medios de noticias que consumes.
  10. Piensa antes de compartir: Antes de compartir cualquier información online, pregúntate si estás contribuyendo a la difusión de desinformación. Sé responsable con tus acciones y ayuda a detener la propagación de información falsa.

Conclusiones y perspectivas de futuro

En conclusión, la desinformación representa una amenaza con muchas caras que socava los fundamentos de la democracia, la salud pública e individual, la estabilidad económica, la cohesión social y la autonomía individual.

Para abordar este desafío, es necesario un enfoque integral que incluya la educación en medios, la regulación de plataformas digitales, el fortalecimiento de la alfabetización digital y el fomento de una cultura de verificación de la información. Solo mediante esfuerzos concertados a nivel global podremos mitigar los impactos negativos de la desinformación y proteger la integridad de la información en la sociedad moderna.

Sarah Pinilla

Diplomada en empresariales, tiene una actitud emprendedora y es una apasionada de la tecnología. Es también técnico en imagen y sonido y diseñadora gráfica. Actualmente ejerce como diseñadora web, redactora y SEO.
  • Última modificación de la entrada:23 abril, 2024
  • Categoría de la entrada:Tendencias