En la era digital, en la que cada parpadeo se captura y se comparte, la calidad de grabación de video se ha convertido en una moneda de cambio visual. Cada día nos sumergimos en un mundo donde la nitidez de la imagen, la fluidez del movimiento y la riqueza de los colores definen nuestra experiencia audiovisual. Este artículo se introduce en el universo tecnológico, para desentrañar los misterios que hay detrás de las distintas calidades de grabación de video que dominan nuestra pantalla.
Resolución de vídeo: parámetros a tener en cuenta
La calidad final de una grabación de vídeo depende de varios factores y uno de ellos es la resolución. Tanto en cámaras como en smartphones, esta viene dada por los siguientes factores:
Tamaño de la imagen o el fotograma en píxeles: Normalmente se refleja en forma de producto, por ejemplo 7680 × 4320, cifras que equivalen al ancho y al alto. En el caso de un vídeo o foto horizontal, la cifra de mayor valor será el ancho. Mientras que para imágenes o vídeos verticales, el ancho será la cifra de menor valor. Ambas cifras se miden píxeles y cuanto más altas sean estas cifras, más grande será el tamaño del fotograma.
Mega píxeles: se calcula multiplicando el ancho por el alto de la imagen y dividiendo entre un millón. Siguiendo con el ejemplo anterior: 7680 × 4320 píxeles, equivalen a 33,17 mega píxeles. Esta cifra es la que nos proporcionan los fabricantes normalmente para hablar de la calidad de la fotografía de una cámara de fotos o de la cámara del móvil.
SD: estas siglas se refieren a la calidad de vídeo Estándar. Son calidades de vídeo bajas que se utilizaban antiguamente. Por ejemplo, el formato de televisión en España antes de la entrada de la tecnología HD, era PAL, que equivalía a 720 x 476 SD.
HD: esta sigla se refiere a la tecnología de alta definición (High definition en inglés). Este es un sistema de vídeo que tiene más resolución que la definición estándar, alcanzando con las resoluciones de 720p, 1080p y 1440p.
K: esta nomenclatura quiere decir mil. Trasladado a vídeo, 4K significa que el lado mayor del fotograma está alrededor de los 4000 píxeles. Por ejemplo se considera la resolución 4K al un tamaño de fotograma de 3840 × 2160.
p – i: son las distintas formas en las que se entrelazan los fotogramas. La i corresponde a la forma entrelazada (interlaced en inglés) y la p a la progresiva. Los televisores actuales sólo aceptan el escaneo progresivo de los fotogramas, que es el que mayormente se utiliza en la actualidad y proporciona mayor calidad de imagen.
4320p: en esta nomenclatura p se refiere al escaneo progresivo de fotogramas, mientras que 4320 es el tamaño del lado de menor del fotograma.
Resoluciones de vídeo más utilizadas
Las resoluciones de vídeo más utilizadas actualmente son la 4K y la resolución FHD. Tras las notas anteriores, los siguientes formatos de vídeo están claros:
- 8K o Full Ultra HD: 4320p, 7680 × 4320 px
- 4K o Ultra HD: 2160p, 3840 × 2160 px
- Quad HD o QHD: 1440p, 2560 × 1440 (equivale a 4 veces la resolución HD)
- Full HD o FHD: 1080p, 1920 × 1080 px
- HD: 720p, 1280 × 720 px
- SD PAL: 576 i/p, 720 × 576 px (existen otros formatos SD además del PAL)
Aunque todavía se puede encontrar algún vídeo en formato SD por internet, la norma actual es utilizar formatos de mayor calidad. De cara al futuro, personalmente prefiero grabar con la mayor calidad posible que permita mi dispositivo, aunque luego tenga de bajar la calidad a la hora de editar.
Relación de aspecto y tamaño
Aunque la relación de aspecto no es imprescindible para entender las diferentes resoluciones de vídeo, comprender este concepto con una imagen es muy fácil.
Como vemos en la imagen superior, la relación de aspecto corresponde con las proporciones del rectángulo. Esta proporción viene dada por la relación entre el ancho y el alto del video. En la imagen, vemos como el 16:9 es un formato mas alargado que el 4:3, por eso nuestros televisores no son tan cuadrados como hace unos años.
Sin embargo, si nos fijamos en la imagen inmediatamente superior, el tamaño del 16:9 – 720p o HD, es bastante más grande que el formato 4:3 – 576 o PAL.
Fotogramas por segundo
Un fotograma, en cine tradicional, correspondía a una imagen (o foto) de la cinta. La secuencia de fotogramas hace que se genere una imagen en movimiento.
En la era digital ya no utilizamos cintas, pero el concepto de fotograma se mantiene. De tal forma que cada vídeo que grabamos es una secuencia de fotos digitales. Cada segundo tiene un número de fotogramas, que en el pasado variaba.
Sin embargo, con los avances actuales, es bastante común encontrar vídeos de con diferente cantidad de fotogramas por segundo (fps) que se reproducen perfectamente en nuestros dispositivos. Actualmente los fps por segundo más utilizados son 30 y 60 fps, aunque a veces los fabricantes los muestran con la nomenclatura 30p o 30i, dependiendo del sistema de entrelazado del vídeo.
- Cine mudo: 16 – 18 fps
- Cine: 24 fps
- Televisión SD (PAL en España): 24 fps
- Cine digital: 30 fps en adelante
- Televisión HD: 30 fps en adelante
La calidad de grabación en smartphones
En el fascinante mundo de la tecnología, los smartphones (y de forma secundaria las tablets) han emergido como poderosas herramientas de grabación, que traen consigo la promesa de capturar momentos espontáneos con calidad asombrosa.
Desde los primeros días del vídeo grabado por móviles, en los que veíamos todos los píxeles, hasta los actuales avances en inteligencia artificial aplicada a la fotografía, se ha avanzado mucho. La evolución de la grabación portátil no solo ha supuesto un gran cambio tecnológico, sino una revolución cultural que ha democratizado la creación de contenido visual.
En medio de este avance, surge una pregunta: ¿Pueden los móviles realmente competir con las cámaras? La respuesta, más matizada de lo que podría parecer, se encuentra en la convergencia de la innovación y las expectativas del usuario. Si bien es cierto que los dispositivos móviles han alcanzado un gran nivel de calidad; las cámaras, y más aun las profesionales, conservan ventajas en ciertos escenarios.
Los dispositivos móviles ofrecen una comodidad inigualable, pero las cámaras dedicadas mantienen su posición en situaciones profesionales que exigen un control más preciso sobre los elementos técnicos de la fotografía y la grabación de video. De hecho, la competencia entre estos dos mundos visuales refleja una elección, que puede ser tanto personal, como económica o profesional, dependiendo de las necesidades de cada usuario.