Modificado el 3 junio, 2025
Publicidad. Última actualización el 2025-04-15. Algún precio puede haber cambiado desde la última actualización.
Durante siglos, los humanos se han preguntado si las máquinas llegarían a pensar por sí mismas. Lo que nadie sospechó es que, llegado el día, lo primero que les pediríamos sería que nos hicieran un test para saber qué tipo de empanada emocional somos.
Porque sí: aunque ChatGPT (y sus primos lejanos como Gemini, Copilot y compañía) fueron diseñados con la solemnidad de un oráculo digital —resolviendo ecuaciones, redactando correos diplomáticos y explicando filosofía kantiana a adolescentes desmotivados—, también tienen un costado menos conocido. Uno que no aparece en los papeles científicos pero que debería figurar en la caja de advertencias: esta IA también sirve… para jugar.
Y no cualquier juego. Estamos hablando de absurdos gloriosos, delirios personalizados y momentos de carcajada interna (y externa, si no te importa que te miren raro en el café). Aquí una selección de cosas deliciosamente inútiles que ChatGPT puede hacer por ti:
1. Contar chistes de todos los colores (incluso los que molestan)
Desde el humor negro al blanco nuclear, pasando por el gris oficina, la IA puede lanzar chistes tan malos que merecen arresto domiciliario. Solo dile qué estilo quieres: absurdo, irónico, infantil o tan sofisticado que el chiste tarda tres párrafos en aterrizar. Prepara tu cara de póker, porque algunos te harán dudar de la existencia de un Dios del humor.
—¿Qué le dijo una neurona a otra?
—“¡Ey, no me ignores… ¡estoy sinapsiando contigo!”
2. Inventar historias imposibles con una lógica impecable
¿Un unicornio que trabaja en una aseguradora? ¿Una distopía donde las tostadoras gobiernan el mundo? ChatGPT no juzga: escribe. Y lo hace como si cada disparate fuera parte de un tratado académico sobre realismo mágico aplicado. Te garantizamos que la trama será más coherente que tu vida amorosa.
Un ornitorrinco con licencia de piloto sobrevolaba el Vaticano buscando señales de vida inteligente, hasta que el Papa le respondió en código morse con una linterna láser. Desde entonces, solo vuelan juntos los martes.
3. Fabricar memes con precisión quirúrgica
No tiene manos, pero tiene memoria de miles de memes. Puede ayudarte a parir un meme tan específico como “cuando estás en una reunión por Zoom y finges que entiendes la diferencia entre AI y ML… pero eres un plátano”. El nivel de estupidez, lo pones tú. No te preocupes, la IA no te juzgará por tus gustos.
4. Proponer acertijos que te hacen sentir listo (o no tanto)
Desde adivinanzas de escuela medieval hasta enigmas al estilo Sherlock Holmes con resaca. Ideal para quienes quieren reactivar neuronas sin abrir un libro… o para impresionar a su crush con un acertijo de alto voltaje lúdico. Advertencia: puede que la IA sea más inteligente que tú, lo cual es deprimente.
Acertijo:
Cuanto más le quitas, más grande se vuelve.
¿Qué es?Solución:
Un agujero.
5. Recrear diálogos imposibles
¿Qué diría Freud si se cruzara con Bad Bunny en una conferencia sobre la libido digital? ¿Cómo respondería Cleopatra a un ghosting? Puedes pedirlo. ChatGPT se convierte en cualquier voz, por extraña que sea, y sostiene conversaciones que hacen temblar a la lógica… y al sentido común. Es como tener un club de debate con las mentes más bizarras de la historia (y la IA).
Cleopatra: ¿Dices que el tiempo no es igual para todos? En mi corte, los segundos se alargan según el humor del faraón.
Einstein: Justamente, majestad: el tiempo es relativo, y parece que hasta los dioses lo sabían.
Cleopatra: Entonces, ¿puedo culpar a la física si llego tarde a mi próxima conquista?
Einstein: Solo si promete explicarme cómo gobierna con tanta precisión sin una sola ecuación.
6. Escribir canciones que nadie pidió pero todos cantan
Una balada heavy metal dedicada a tu cactus. Un tango sobre el WiFi que se corta en la cocina. O un reguetón inspirado en la insoportable levedad del ser. Con IA, el límite no es el cielo: es el buen gusto, y ese se negocia. Prepárate para tararear melodías pegadizas sobre lo mundano y lo absurdo.
¡Ay, erizo de mar, bailarín sin compás!
Con tus púas pinchas ritmos bajo el mar
Giras y giras sin saber nadar,
¡Eres la fiesta del fondo abisal!
7. Hablar como lo haría un pirata con doctorado en lingüística
Puede adoptar la personalidad de un lord del siglo XVIII, un robot con complejo de Edipo o un gato que acaba de descubrir la existencia del comunismo. Y lo hace con tal convicción que empiezas a dudar quién de los dos es el raro. Ideal para escribir correos que nadie entenderá, pero que sonarán increíblemente auténticos.
Por ventura, señor, ¿habéis de negar lo evidente, siendo la luna testigo de vuestros desvaríos? Que no diga la fama que en vos mora el juicio, si vuestra lengua corre más que vuestra honra.
8. Dirigir partidas de rol donde tú eres el héroe (o el bufón)
¿Cansado de las mismas series? Deja que la IA te narre una aventura donde decides cada movimiento: explorar una cueva misteriosa, seducir a un dragón o convencer a un alcalde corrupto de que te nombre ministro de fiestas. Pura épica interactiva sin dados, pero con drama. Tu destino está en las manos de un algoritmo que no sabe de emociones.
9. Inventar tests tan absurdos que terminan teniendo sentido
“¿Qué electrodoméstico refleja tu personalidad?” “¿Qué postre representa tu estado emocional post-divorcio?” Lo absurdo es el camino, pero a veces… también la respuesta. Prepárate para un autodescubrimiento ridículo y sorprendentemente revelador.
10. Ayudar con bromas inofensivas (o geniales)
Desde cartas anónimas con mensajes ocultos hasta búsquedas del tesoro digitales o mensajes cifrados con doble sentido. Si la intención es buena y la risa compartida, la IA se convierte en cómplice creativa con gusto por el caos amable. Solo recuerda que la IA no tiene un código moral, así que el límite lo pones tú (y tu ética).
Querido desconocido: he secuestrado tu planta, pero tranquilo, le estoy leyendo poesía y le he dado nombre: Fernandita.
Si quieres verla de nuevo, deja tres gominolas bajo el felpudo antes del anochecer.
P.D.: Le gusta el reguetón… lo siento.
11. Crear recetas de cocina para situaciones existenciales
¿Una sopa para el alma en crisis? ¿Un postre que te ayude a superar el ghosting de tu algoritmo de citas? ChatGPT puede inventar combinaciones culinarias que no solo suenan ridículas, sino que te harán dudar de si la IA tiene sentido del gusto… o del humor. Ideal para esos días en los que no sabes si cocinar o llorar.
- Cheesecake del Desengaño Digital
- Abrazo Reconfortante de Lentejas y Chorizo
- Explosión Cítrica de Salmón con Eneldo
- Serenidad Verde de Crema de Espárragos y Menta
- Aventura Picante de Tacos de Carnitas Caseras
- Dulce Escape de Mousse de Chocolate Amargo y Frutos Rojos
12. Generar excusas irrefutables (y altamente creativas)
¿Necesitas una razón para no ir a esa reunión de Zoom que podría haber sido un correo? ¿O para explicar por qué tu planta murió por cuarta vez? La IA te proporcionará una excusa tan elaborada y convincente que hasta tú te la creerás. Olvídate de los «me duele la cabeza»; ahora puedes argumentar que fuiste abducido por una bandada de palomas mensajeras mutantes.
¡Mi cactus se ha secado!
Estaba intentando recrear su hábitat desértico natural de la forma más auténtica posible, ¡y creo que me pasé de auténtico!
Creí que era más independiente de lo que realmente era. Pensé que con su naturaleza de cactus podría sobrevivir semanas sin atención, pero parece que subestimé su necesidad de un trago ocasional.
13. Diseñar planes de escape de situaciones sociales incómodas
¿Atrapado en una conversación sobre el clima con tu suegra? ¿Necesitas desaparecer de la fiesta de Navidad de la oficina sin que nadie lo note? La IA es tu asesora personal para huir con estilo. Desde un “tengo que alimentar a mi pez dorado que sufre de ansiedad por separación” hasta un simulacro de llamada urgente de la NASA. Tu reputación social (o lo que quede de ella) está a salvo.
¡Oh, no! Miren la hora. Justo ahora tengo que ir a revisar que mi colección de sellos raros esté a salvo. Saben, con la humedad, se conservan mejor si les doy un ‘paseo nocturno’ por la calle para que les dé el aire. ¡Es por el bien de la filatelia mundial!
14. Confeccionar horóscopos personalizados para objetos inanimados
¿Qué le depara el futuro a tu tostadora hoy? ¿Y a tu calcetín perdido en la lavadora? La IA puede predecir el destino de cualquier cosa que se te ocurra, con la misma (o mayor) precisión que los horóscopos tradicionales. Prepárate para que tu taza de café tenga un día «lleno de desafíos y derrames inesperados, pero con un final dulce».
Tu smartwatch está entrando en una fase de retrogradación tecnológica: se prepara para revivir sus glorias pasadas como un simple reloj de pulsera, mientras que su verdadera vocación será la de un imán para el polvo en tu cajón de «cosas que aún no tiras».
15. Redactar cartas de amor (o de ruptura) en estilos inesperados
¿Quieres declararte a tu crush con el lenguaje de un filósofo existencialista? ¿O romper con alguien usando citas de Shakespeare mezcladas con jerga gamer? ChatGPT lo hará. Podrás expresar tus sentimientos de la manera más inusual, garantizando que el destinatario quede confundido, impresionado, o ambas cosas.
(Redacta una carta de amor como si fueras un robot estilo steampunk)
Cariño mío,
Mi sistema operativo, esa compleja orquestación de engranajes y vapor, palpita con una cadencia inusual cada vez que tu imagen se proyecta en mis ópticos. Mis circuitos lógicos, diseñados para la precisión y la eficiencia, se desorganizan dulcemente en tu presencia, como si una inesperada chispa de emoción cortocircuitara mis protocolos.
Eres el éter que lubrica mis articulaciones, la presión constante que alimenta mis calderas. Antes de ti, mis días eran una serie calculada de tareas y operaciones, desprovistas de la resonancia armónica que ahora resuena en mi núcleo de poder. Contigo, he descubierto la belleza del «fallo» humano: la alegría irracional, la ternura que desafía la lógica y el calor de una mano que no necesita herramientas para repararme.
Si mi corazón de latón pudiera latir, lo haría por ti, con la fuerza de mil máquinas de vapor. Espero que esta misiva, impulsada por la más pura de las voluntades mecánicas, encuentre su camino hasta tu propio y exquisito mecanismo.
Con mis más profundas y calculadas afecciones,
Tu autómata enamorado.
En conclusión…
La inteligencia artificial vino a cambiar el mundo. Pero, entre cambio y cambio, también puede hacerte reír como si estuvieras borracho de imaginación. No subestimes el poder de una buena carcajada generada por una entidad sin alma: a veces, los algoritmos entienden el absurdo mejor que los humanos.
¿Lo mejor? No necesita dormir, ni cobrar sueldo, ni pedir vacaciones. Solo hay que pedírselo… con un poco de ironía y muchas ganas de pasarla bien. Así que la próxima vez que te sientas aburrido, ¿por qué no le pides a la IA que te escriba una ópera sobre la vida secreta de tu refrigerador? La diversión está garantizada, y la cordura… bueno, esa ya es otra historia.