Con los niños cada vez más sumergidos en el mundo de la tecnología y la realidad virtual es inevitable que en algún momento lleguemos a este dilema. ¿Es buena idea comprar unas gafas de realidad virtual para niño o niña?
Adelantando un poco el análisis, la mayoría de los fabricantes de gafas VR asignan una restricción de edad de más de 13 años a sus dispositivos.
Sabes que a tu hijo le encantan los videojuegos y las películas maravillosas en 3D; así que es de lo más seguro que le encanten las gafas VR. Sobre los peligros para la salud, en realidad estas gafas dan problemas aislados en casos muy concretos. Sin embargo, los posibles síntomas pueden ir desde la tensión ocular y los dolores de cabeza hasta las náuseas y, en casos raros, las convulsiones.
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En algunos paises algunos profesores y maestros ya han comenzado a introducir el uso de la realidad virtual en el aula, así que generalmente podemos considerar que sin bastante seguras.
Por otra parte, algunos expertos creen que los más jóvenes tienen más problemas para distinguir los mundos virtuales de la realidad. Es una situación muy similar a lo que sucede con la publicidad y los niños. De esta forma, no hay problema por permitirles el uso de gafas VR, pero habrá que tener cuidado con el contenido que consumen y el tiempo de uso hasta que sean más mayores.
A continuación veremos algunos consejos sobre como presentar a nuestros hijos la realidad virtual, cómo mantener las sesiones de juego seguras y saludables y cómo elegir unas gafas VR y contenido multimedia de realidad virtual adecuado para ellos.
El riesgo de mareo es común
Estar sentado durante una experiencia virtual puede dar problemas. Mientras tus ojos te dicen que estás volando por el aire como un pájaro, tu oído interno te dice que estás quieto. Esto nos lleva a que, después de sesiones prolongadas, podamos experimentar sensaciones de náuseas o de mareos.
A tu cerebro también le resulta difícil de asimilar el hecho de que ves objetos aparentemente lejanos, pero que en realidad están en una pantalla a menos de 3 centímetros de tus ojos. Esto también puede causar dolores de cabeza o náuseas al pasar un rato.
Los niños no necesariamente sienten estos efectos con más fuerza que los adultos, incluso es más que posible que algunos niños no sientan ni mareos ni nada en absoluto.
Por otra parte, algunos estudios indican que los más pequeños tienden a ignorar síntomas como la fatiga ocular para seguir jugando durante más tiempo.
Para combatir esto, los oculistas recomiendan un máximo de quince minutos seguidos de VR, seguidos de al menos diez minutos de descanso. También puede ser recomendable comenzar con juegos o experiencias visuales que posean poco movimiento.
Segundo peligro: las lesiones potenciales
Seguimos con uno de los problemas más obvios: un niño corriendo por la sala de estar con las gafas virtuales puestas.
La realidad virtual hace que sea difícil mantener la conciencia espacial, especialmente para los niños más pequeños. Si bien nosotros somos capaces de recordar que en realidad no nos encontramos, digamos en una playa paradisíaca, es más probable que los niños olviden que sus alrededores no existen en la realidad y que se den directamente contra una pared tratando de correr en pos de las olas.
Algunos desarrolladores de las gafas más avanzadas, como Oculus (ver gafas Oculus a la venta) y HTC (ver tecnología VR de HTC), nos permiten programar barreras virtuales para que coincidan con el tamaño de la sala, para que el niño o la niña sepa cuándo hay que detenerse y dar la vuelta.
Como todos sabemos, los niños no siguen las reglas así que aun con todas las precauciones, todavía hay riesgo de lesiones.
¿Qué podemos hacer? Cuando le muestres a tus hijos la realidad virtual por primera vez, siéntalos en una silla giratoria y quédate cerca. Déjale cómodo girando para que vea lo que le rodea en lugar de permitirle caminar.
La mayoría de los propietarios de gafas VR prefieren sentarse mientras están en la realidad virtual, por lo que así les ayudaremos a entender que esta es la forma predeterminada de jugar.
La fatiga visual causa dolor de cabeza
La fatiga ocular o visual es probablemente el problema más común que los niños encontrarán al enfrentarse con la realidad virtual. También es una de las mejores razones para esperar hasta que sean algo mayores para comprarles unas gafas.
Las gafas VR permiten ajustar el enfoque para que las cosas se vean nítidas y tengamos una mejor experiencia. Pero, ¿estás seguro de que tu hij@ es lo suficientemente madur@ como para regularlo a su conveniencia?
Los niños más pequeños, en particular, pueden no ser lo suficientemente conscientes como para darse cuenta de que la pantalla está demasiado desenfocada y podrían forzar la vista. Además, los padres no tenemos forma de comprobarlo, ni de ajustar las gafas a sus necesidades.
Además, es muy posible que su hijo no se encuentre cómodo del todo con unas gafas VR. Esto se debe a que la mayoría de estas tienen una distancia interpupilar fija entre las dos lentes y esta distancia está medida para coincidir con el tamaño de la cabeza del adulto promedio. Los ojos infantiles están demasiado juntos para ver correctamente a través de estas lentes preparadas para adultos.
En algunos casos encontraremos gafas que nos permiten ajustar esta distancia. Sin embargo, no te hagas ilusiones: aún así están diseñadas para los mayopres y no permiten juntar las lentes lo suficiente para el tamaño de un niño o niña.
Recomendación: hasta que tu hijo crezca mantén la relación de juego y descanso de 15 minutos y 10 minutos. Por otro lado, si tu hijo utiliza gafas para ver, puede colocarlas dentro las VR. Si lo hacemos así, los niños miopes son doblemente susceptibles a síntomas como la visión borrosa o doble.
El problema más grave: Convulsiones
Primero: tranquilidad. Es muy improbable que por usar gafas de realidad virtual vayamos a tener algún problema grave como convulsiones o un ataque de epilepsia.
La estadística indica que aproximadamente una de cada 4.000 personas puede sufrir este tipo de ataques fotosensibles o epilépticos provocados por luces intermitentes.
En definitiva, por precaución debemos controlar el tiempo de juego del niño. Pero no es necesario alarmarse excesivamente, ni prohibir a nuestro hijo usar las gafas por este único motivo.
¿Puede ser la realidad virtual más real que la realidad?
Al disfrutar de la realidad virtual experimentamos la sensación de haber saltado a un mundo nuevo o nos introducimos en los zapatos de un personaje de ficción. Pero, para la mente infantil, este sentimiento puede volverse indistinguible de la realidad.
Hay varios estudios respecto a la relación de los niños con la tecnología VR. Se ha descubierto, por ejemplo, que hasta incluso los 18 años de edad, los adolescentes se ven más afectados por las experiencias virtuales que los adultos y las consideran casi «reales». A edades más tempranas, el efecto puede ser incluso más intenso.
Así que, mientras por un lado, esto supone que la realidad virtual resulta verdaderamente emocionante para los niños, tambien significa que debemos asegurarnos de que solo se les permita acceder a contenido adecuado para su edad.
Edad recomendada 13 en adelante: regla o sugerencia
Si deseas regalar a tu hij@ de 12 años o menos unas gafas VR, has de estar preparado para mantener una vigilancia constante. Evitarás así que se lastime la vista (o el cerebro) al sumergirse en juegos durante horas.
Por esta razón, tiene sentido esperar hasta que sean algo mayores, que posean mayor independencia y que tengan mejor control de los impulsos y una mayor conciencia de sí mismos.
Sin embargo, el rango de más de 13 años no es tampoco una regla estricta. En sesiones cortas, los niños pueden experimentar viajes maravillosos e inmersivos en mundos imaginarios.
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